¿Necesitas paz interior? La direccion espiritual te puede ayudar

Cuando necesitas sentir paz interior, la Dirección Espiritual puede ser el camino más apropiado para aliviar tu angustia, y ¿qué exactamente es la dirección espiritual?

A través de la dirección espiritual descubrirás a ese consejero que Dios te regala, el Espíritu Santo.  Cuando estés bajo dirección descubrirás su presencia y aprenderás a reconocer sus mociones dentro de tu interior.  El Espíritu Santo estará presente en tus reuniones con tu director espiritual.  (Se usa una imagen de tres sillas en un círculo para simbolizar la dirección espiritual).  Al ser nuestros cuerpos templos del Espíritu Santo se enfatiza su presencia en la misma.  “El Espíritu Santo vive en el centro de nuestra alma, en esa región profunda de nuestra voluntad… él se vierte desde ese centro… sobre la totalidad del hombre con su unción divina”. La Iglesia lo designa como ´fuego y luz´ y su misión es la de nuestra transformación.  (Ver. The Sanctifier, Archbishop Luis M. Martinez.  Traducción personal).

¿Cuáles son los beneficios de la dirección espiritual?  Básicamente son tres: la libertad interior, tu encuentro con tu identidad, y la experiencia del Dios viviente.

Primero, tu libertad interior comenzará a aumentar al ser guiada por el Espíritu Santo.  Segundo, el encuentro con tu propia identidad como resultado de haber alcanzado tu libertad interior. Entonces sabrás hacia dónde dirigir tu vida y podrás desarrollar tu propia identidad y podrás responder a las siguientes preguntas: ¿Cuál es mi propósito en esta vida?  ¿Quién soy yo?  Y encontrarás tu propia individualidad.  Cuando descubras la presencia de Dios en tu vida podrás encontrarte contigo mismo y empezarás a sentirte dueño(a) de tu propia vida.  Alcanzada tu propia identidad podrás reconocerte como único(a) e irrepetible.                                                                 Tercero, ya viviendo en la presencia de Dios te darás permiso para ser encontrado(a), a ser sanado(a), a ser liberado(a), y para poder obrar en Dios.  Esto es el centro de la dirección espiritual.  (Ver, Maestro, ¿dónde vives? Vengan y vean.  La Dirección Espiritual, caminando con Jesús. Graciela de Tuya Rodríguez).

Sta. Teresa de Ávila  decía que la oración es tener una conversación con Dios; es hablar con un amigo.  En ese encuentro tú miras a Dios y él te mira a ti, y te permites ser amado(a) por él (Ver, Maestro ¿dónde vives?...).  La oración es nuestro hilo conductor con el que podemos llamar a Dios a cualquier hora del día o la noche.  Siempre disponible, Él espera tu llamada.  No necesitas pedirle permiso, simplemente llámalo.  ¡Qué liberador es el saber que eres amado(a) y escuchado(a)!  

San Pío de Pietrelcina definió  la dirección espiritual y al director espiritual de la siguiente manera.  La dirección espiritual es la aplicación de la ciencia a la vida espiritual de un alma en particular, la cual sin su asistencia sería extremadamente difícil el avanzar hacia la perfección…  En cuanto al director espiritual San Pío especificó que una de las condiciones para un provechoso guía espiritual es que el discípulo (dirigido) debe tener completa confianza en su consejero (director)… Sobre todo (el director) debe ser un instrumento dócil del Espíritu Santo que sepa reconocer el funcionamiento interno de la gracia en esa alma que está guiando (Ver. Padre Pio, His Life and Mission, Mary F. Ingoldsby.  Traducción personal).

Si deseas poner tu vida en orden y tener paz interior entonces considera la dirección espiritual como el mejor camino.  Existe otra alternativa, la terapia, que también puede ayudarte a encarrilar tu vida, sin embargo, existen diferencias entre ambas.

La terapia te ayuda en el crecimiento humano y en la salud mental mientras que la dirección espiritual te lleva a una transformación interior y espiritual.  La terapia te ayuda a clasificar y mejorar tus situaciones difíciles y conflictivas con tu familia, en tu trabajo y en la sociedad.  Te enfrentarás a tus propios comportamientos, tus emociones, tus sentimientos, y analizarás tus patrones de comportamiento.  Descubrirás nuevas perspectivas y aprenderás a reconocer los pensamientos negativos que ocupan tu mente y te atormentan.

Tú y tu terapeuta trabajarán juntos e irán resolviendo tus experiencias de vida para que mejores tu autoestima y tu sentido de indignidad.  Descubrirás por qué no avanzas en tu vida y por qué no haces lo que realmente quieres hacer. Aprenderás a establecer tus propias metas y cuando afines tus comportamientos, actitudes y pensamientos verás tu vida desde otra perspectiva.

Ambos procesos, la dirección espiritual y la terapia, toman tiempo.  Tu meta es lograr la paz interior y mental.  Tal como te tomó tiempo sentirte afligido(a), triste y dolido(a) moralmente, el recobrar tu identidad personal, tu salud mental y sentirte bien interiormente es una jornada de vida.  Cada día provee su propia sanación. Aunque es un camino arduo, bien vale la pena que encuentres lo positivo de tu vida.

“Siendo un huésped excelente, el Espíritu te llena cuando estás vacío;  Él te satisface abundantemente cuando estás hambriento y sediento.  Dios Espíritu Santo, Quien viene de Dios, cuando habita en las personas, las atrae al amor de Dios y el prójimo.  En efecto, Él es el amor mismo”.      (San Agustín de Hipona, Sermón 225,4)

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Graciela Rodríguez y su esposo llevan 50 años de matrimonio.  Tienen un hijo y una hija, ambos casados, y una nieta y dos nietos. Ella tiene una maestría (MA) en Ministerio Pastoral (2016) de Barry University.  Su proyecto pastoral: Maestro, ¿dónde vives? Vengan y vean. La Dirección Espiritual, Caminando con Jesús fue publicada por la Orden Pía (Escolapia) en su revista Analecta Calasanctiana.  Ella ha servido como líder de grupo de apoyo de Life-Giving Wounds en Miami, Florida.